Elegir correctamente el tipo de café que te acompañará durante tus desayunos es indispensable para la supervivencia mañanera y una incalculable muestra de amor propio. Porque no todo vale en este cafeínico universo. En ese sentido, uno de los mayores dilemas de los #coffeelover de medio mundo, y que acarrea un interesantísimo debate, es decidirse entre café natural o de mezcla.
Pero esto es como cuando te preguntan si quieres más a tu madre o a tu padre, no hay una respuesta correcta, solo diferentes puntos de vista. Por suerte, en las filas de Guay Café contamos con muchos entendidos en la materia, por lo que vamos a exponer nuestra más humilde y sincera opinión al respecto.
Café de mezcla, la búsqueda de la perfección
El café de mezcla es el que está compuesto, como muy acertadamente indica su nombre, por diferentes tipos de grano. La idea es juntar las mejores cualidades de varias clases de café para ofrecer al consumidor ciertos matices y aromas que están fuera del alcance del grano original. Práctica algo denostada por muchos puristas de este brebaje, pero que sin lugar a dudas hará las delicias de aquellos que saben disfrutar sin complejos.
Dentro de la gama de cafés adulterados -no necesariamente por la mezcla del grano-, tiene especial fama el torrefacto. Se trata de un tipo de café tostado que previamente ha sido recubierto por una fina capa de azúcar que acaba caramelizándose, consiguiendo así un sabor amargo mucho más pronunciado. Parece ser que esta técnica proviene de la búsqueda de los mineros de América Latina por una fórmula con la que conservar mejor el café, aunque el nombre que todos conocemos es de origen español.
Es importante señalar que, comercialmente hablando, la mayoría de los cafés etiquetados como mezcla que encontrarás en los supermercados de toda España son una combinación de café natural y café torrefacto, aunque no siempre tiene que ser así, sobre todo si te vas a productos extranjeros menos mainstream. ¡No te olvides de leer el envase con sumo cuidado antes de comprar nada!
Café natural, para los que optan por los clásicos
Por otro lado, el café natural es aquel cuyo grano se tuesta sin ningún tipo de añadido, como te explicamos en este interesantísimo post. Cero procesados. Ni más ni menos. Es la experiencia que ofrece el sabor más puro y, dicen, la escogida por los fervientes seguidores del cine de Billy Wilder y John Ford. En Guay Café también amamos el celuloide en blanco y negro, y es que tiene una magia imperecedera y especial, por eso nuestro café está elaborado con grano 100% arábica, pero adaptado a las modernas necesidades del take away. Una reinterpretación postmoderna del clásico. ¿El preferido de Tarantino y Lars Von Trier? Podría ser.
Cabe destacar que la calidad del café no depende de si es natural o de mezcla, ya que es posible mezclar grano de primerísimo nivel y no adulterado. La clave está en la materia prima utilizada y el tratamiento previo al tueste. Además, los valores nutricionales de las diferentes variedades de café tostados son bastante similares, por lo tanto, ya es cosa de gustos. Y sobre gustos no hay nada escrito, por lo que no vamos a sentar cátedra a estas alturas de la película.
En resumidas cuentas: siempre es bueno probar varias modalidades de café para dar con el que mejor se adapte a ti y tus papilas gustativas. Porque, como diría Robert Kennedy, “Quien no arriesga, no gana”. Si es que se las sabía todas.
Como consejo final, una idea muy útil es tener ambos tipos de café en tu despensa, así podrás ir alternando y disfrutar de los mágicos matices que esconde cada uno de ellos. Porque, oye, no todos los días se calza uno los mismos zapatos. ¿No crees?